Sonó el monótono pitido de mi despertador, eran las 09.00 de la mañana. Como de costumbre y desde que me instalé de nuevo en mi ciudad, hace ya unos meses, me fui directo al excusado y rápidamente después, busqué donde estaba mi móvil, pues me acordé el día que era. Ansiaba la llegada de esta efeméride, más que nunca. Encendí el teléfono y verifiqué que efectivamente, acerté de lleno. Tomé una ducha, desayuné y me vestí con mis mejores galas, pues la ocasión se lo merecía y más estando ella presente.
Hacía como veinticinco años que no sabía nada de ella, había escuchado campanas, pero no las quería creer.
La fragancia del ambiente que pude inspirar por todo el itinerario, ya empezó a olerme de manera diferente, algo se estaba confabulando y yo me estaba dando cuenta, nada más salir a la calle. A medida que me aproximaba al meollo de mi destino, me daba cuenta que me cruzaba con personas que eran clichés de otras, esto es: pantalón de pitillo de colores chillones, camisas Tommy Hilfiger, pelos engominados y en algunos casos flequillos caídos a la frente, como si de cortinas se trataran, mocasines, a ser posible de El Corte Inglés y lo más identificativo que pude observar, eran las largas patillas que mostraban en sus rostros, las cuales le daban un visaje exacerbado. El efluvio que desprendía cada ser, también era característico, no pude apreciar que tipo de bálsamo gastaban, pero de lo que estaba seguro, es que olían todos iguales.
Llegué a la plaza y entonces empecé a vacilar, no tenía claro si estaba en mi Isla o en la misma Plaza del Cabildo de Sevilla. Muchos de esos seres, exclamaban la jerga propia sevillana: "MI ARMA".
Lo curioso de esos extranjeros, es que a algunos de ellos los pude registrar en mi cabeza y los conocía. Osea eran de esos casos extraños que son del BARÇA y del REAL MADRID, también los llamo los "VERSÁTILES".
No pude aguantar más y fui a verla. Con solo mirarla, me lo dijo todo: "Ten cuidado que cada vez son más. Esto es como las plagas que mi Padre mandó. Ándate con ojo, que antes se contentaban conmigo y ahora están por todas partes. Fíjate lo que le está pasando a mi hijo, ¡QUIEN LO IBA A DECIR!"
Desolado y algo obtuso fui abandonando ese lugar, que a ciencia cierta no sabría ubicar. Iba desnudando interiormente a cada uno de los personajes que allí se encontraban y llegué a una conclusión. Una cosa es "EVOLUCIÓN" y otra es "DESTRUCCIÓN".
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